jueves, 15 de septiembre de 2011

cronica dei n

fragmento de Cómo Alonso Herrera y los españoles que con él estaban, salieron de la provincia de Carao y comenzaron su navegación y jornada el río arriba, y lo que les sucedió con ciertos caribes que en el camino toparon. "Prosiguió el armada su viaje, e ya que era tarde y que quería anochecer, vieron cantidad de candelas el río arriba, de indios que estaban ranchados. Cudiciáronse los soldados a ir a ellas, por ver lo que fuese, y si en ellas hubiese de qué se aprovechar. El capitán se lo estorbaba diciendo que las lumbres que se veían eran de caribes, compañeros de los demás cuyas canoas habían tomado aquel día, con los cuales no podían ganar nada, sino aventurar a que le hiriesen algún hombre o caballo y muriese rabiando. Los soldados todavía persuadían a su capitán a ir a ver lo que en las candelas había, por lo cual, después de rancheados en tierra a la parte de donde las lumbres parecían, y pasado buen rato de la noche, Alonso de Herrera tomó consigo veinte hombres con sus espadas y rodelas y se fue derecho a donde las lumbres estaban, y acercándose a ellas todo lo que pudo, conoció ser indios caribes, de los cuales algunos dormían y otros andaban asando cuartos de indios de los que habían tornado, y otros hacían barbacoas para asar sus partes; y considerando el capitán bien la gente que había y el sitio y alojamiento donde estaban, se volvió a sus bergantines sin ser sentido; y para que el brío y voluntad que los soldados tenían de dar en aquellos inhumanos indios y desbaratarlos se cumpliese, echó en tierra dos caballos y envió con ellos treinta hombres que antes que amaneciese tuviesen tomada las espaldas a la parte de tierra a los indios, para que llegándose con los bergantines por el río, los cogiesen en medio y diesen en ellos a su voluntad."

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